Descanso Activo: ejercicios de Técnica Alexander para mejorar tu postura
La práctica del descanso activo es lo que casi todos aprendemos el primer día de clase. ¡Así que disponte a tener tu primera clase de Técnica Alexander!
Qué es descanso activo
El descanso activo es lo más parecido a un “ejercicio” de Técnica Alexander para practicar en casa y por tu cuenta que vas a encontrar en internet. Iremos haciendo una colección de PDF de Técnica Alexander para practicar por tu cuenta… o de audios.
Qué necesitas para la práctica del descanso activo
Para empezar necesitas una superficie firme y acogedora. Yo me tumbo en el suelo y pongo una alfombra, manta o colchoneta de yoga. Advierto: ¡las camas y los sofás no valen! Cuando lleves un tiempo practicando agradecerás la firmeza del suelo y te darás cuenta de que, sencillamente, no es ni parecido a cuando te tumbas en el sofá. También tienes que coger unos libros de pasta blanda y una toalla doblada para poner encima de ellos y utilizarlos para reposar tu cabeza.
Despeja el espacio de radios, televisiones y… ¡teléfonos móviles! Esta práctica es para dedicarte una atención plena. No disperses tu atención con distracciones que puedes evitar. Por otro lado, es inevitable que en algún momento haya interrupciones: los niños que entran, el gato que se sube encima…
No se trata de alcanzar un estado zen sino de estar en la vida enfocada en ti.
Beneficios del Descanso Activo (y de la Técnica Alexander)
Atención plena – Con los años me he dado cuenta de que esta práctica desarrolla enormemente mi atención, mi foco y la conexión mente-cuerpo. Me he vuelto una gran observadora de mi misma en la vida cotidiana y eso me permite vivir con más consciencia y enterarme de lo que me pasa a tiempo real: dejar de conducirme en piloto automático y tener más espacio de maniobra. Lógicamente, todos tenemos umbrales: “hasta aquí llego… Y un poco más allá me desbordo”. Pero esos umbrales se rebasan y se mueven y el descanso activo te prepara para ello.
Activar – El cuerpo, la mente y las emociones necesitan su espacio para respirar y poder seguir rindiendo. A menudo hacemos esto echando una cabezada o relajándonos profundamente. Con el descanso activo además de una sensación de relajación sentirás la vitalidad de un proceso mental aplicado sobre tu cuerpo: lo que Alexander llamó “direcciones”. Sé que esto sonará a chino mandarino, pero te lo cuento un poco más adelante. El descanso activo reactivará tu energía vital.
Alinear – Al descansar horizontalmente la exposición de tu cuerpo a la gravedad cambia y tu columna en especial y todas tus articulaciones en general “recuperan espacio”. Puedes también probar a dejar ir el exceso de tensión muscular y a mantenerte en la práctica haciendo el menor esfuerzo posible. ¡Te sorprenderá que siempre se puede hacer lo mismo con menos, menos, menos esfuerzo!
Aliviar – Si tienes dolor de espalda o articular, tensión en el cuello, tensión en los hombros, alteraciones de la columna vertebral, etcétera, esta sencilla práctica aporta enormes beneficios si la haces cada día durante durante 15 minutos. Puedes practicarla varias veces al día.
Cómo hacer este ejercicio
Túmbate en el suelo y apoya la cabeza en los libros. La cabeza apoya en la nuca, dejando el cuello libre y sin apoyo. Revisa la altura adecuada para ti cada vez que te tumbes: no deberías notar que tu cabeza “se cae hacia atrás” o “es empujada hacia el pecho”.
Observa el peso de tu cuerpo y los puntos de apoyo. Te darás cuenta de que hay asimetrías y no todas las partes del cuerpo -ni de tu columna- apoyan por igual. No te inquietes ni tampoco fuerces o “corrijas” para llevar lo que hay hacia lo que crees que debería haber. De momento, observa.
Las piernas están flexionadas y cerca del tronco, separándose a la anchura de la cadera. Las manos descansan en la tripa; más adelante puedes probar a dejarlas descansar en los lados.
Por último lo que más nos cuesta a todos pero que es tan importante para aprender a mantener la atención en ti sin desconectarte de lo que pasa alrededor: ¡mantén tus ojos abiertos!
Cuándo hacer el descanso activo
A diario. Unos 15 minutos al día. Te recomiendo que para coger el hábito lo integres en tu rutina y lo practiques a primera hora del día. Sé que esto cuesta y te resultará más fácil con la ayuda de un profesor.
Qué hacer mientras estoy tumbada
Esto también lo comprenderás mejor con la guía de un profesor de Técnica Alexander. En los primeros días puedes practicar lo que te he contado arriba y durante esos 15 minutos traer tu mente de vuelta a la observación de tu cuerpo: dejarla descansar en el cuerpo. Verás que se dispersa continuamente. Sé paciente, amorosa contigo misma… Y vuelve a la práctica.
Después puedes empezar a dar “direcciones”. Las direcciones, explicadas así, en dos palabras (con el riesgo que eso supone) son órdenes mentales. A mí me gusta hablar de ellas como intenciones o deseos. Es importante que distingas que pensar en que tu espalda se alarga, por ejemplo, no es lo mismo que estirar activamente tu espalda. La diferencia entre pensar en algo y hacer algo es importante. Te hablaré de ello en otro post.
¿Esto me va ayudar?
Sí. Definitivamente sí.
Demasiado sencillo para ser verdad
Uno de las dificultades mayores que casi todo el mundo argumenta es que “es demasiado sencillo para ser cierto”. Pues lo es. Es sencillo y es cierto. Y es seguro. No conozco a nadie que se haya hecho daño practicando y sí a muchos que han mejorado enormemente.
Me vuelvo loca sin hacer nada
Otra de las dificultades es que la gente “no sabe que hacer en esos 15 minutos”.
¿Y no te parece eso ya todo un descubrimiento en sí mismo? La dificultad para estar quieto, a la escucha, en la no-acción, ni más ni menos que en compañía de ti misma!
Por último, los días que sentimos que estamos más agitados o nerviosos pensamos “hoy no estoy para esto, mejor mañana”. Pues es justamente en ese momento que sacarás un gran beneficio: te sorprenderá la claridad que puede llegar a aparecer sobre lo que te está alterando.
He intentando ser clara. Pero probablemente te surjan preguntas. Puedes llamarme y reservar una sesión para resolverlas, darte pautas para tu trabajo y objetivos personales y aprender a cambiar de hábitos y de postura utilizando la dirección y la inhibición.
Aquí puedes leer más sobre la Técnica Alexander.