En un mundo lleno de prisa, la conexión entre cuerpo y mente a menudo se desdibuja. La Técnica Alexander es más que un simple método para mejorar la postura; es una exploración hacia una mayor conciencia de ti mismo. A lo largo de este artículo, descubrirás cómo optimizar la relación entre tu cuello, cabeza y tronco, mejorando tu respuesta a los estímulos y potenciando tus capacidades ejecutivas. Si alguna vez has sentido rigidez en tus movimientos o que tus pensamientos te desbordan, esta técnica ofrece herramientas prácticas para superar esos bloqueos. Prepárate para redescubrir tu relación con tu cuerpo y tu mente, llevándote a una experiencia más rica y significativa en todos los aspectos de tu vida.

La Técnica Alexander se enmarca dentro de las disciplinas somáticas que exploran la interacción entre cuerpo y mente en acción. Su enfoque principal es el uso o funcionamiento del cuerpo, como lo definió F.M. Alexander (1869-1955). Busca mejorar el funcionamiento del organismo, optimizando:

• La relación entre cuello, cabeza y tronco

• La respuesta automática a los estímulos y

• Las capacidades ejecutivas, especialmente la atención, la inhibición, la organización y la ejecución.

Estas fueron las herramientas que Alexander identificó para superar su problema de afonía.

Origen científico de la Técnica Alexander

La Técnica Alexander no surge como un método de desarrollo personal, aunque muchas personas la utilizan con ese fin. Su origen está en la búsqueda de una solución para un problema de pérdida recurrente de voz e inhabilitación profesional. Alexander, actor y orador, desarrolló una hipótesis y un método de observación e investigación experiencial que impresionó profundamente a figuras clave de la época.

La admiración de John Dewey por la Técnica Alexander

El filósofo pragmático John Dewey, reconocido por su influencia en la educación y la psicología pragmática, quedó tan admirado con su propia experiencia que prologó tres de los libros de Alexander: The Use of the Self, Constructive Conscious Control of the Individual, y The Universal Constant in Living. 

Reconocimiento científico y el Premio Nobel de Nikolaas Tinbergen

Este reconocimiento no se quedó solo en el ámbito filosófico; cuando el físico y biólogo Charles Sherrington recibió el Premio Nobel en 1932, su colega Nikolaas Tinbergen (quien también recibiría el Nobel en 1973 por sus estudios sobre comportamiento animal) mencionó los descubrimientos de Alexander en su discurso de aceptación, subrayando el impacto que tenía en la comprensión del cuerpo y su relación con la mente.

Un contexto histórico de avances científicos: Alexander y Ramón y Cajal

Este contexto histórico resulta interesante, ya que Alexander desarrolló su trabajo en un periodo en que Santiago Ramón y Cajal descubría las neuronas (1906)y se producía un avance en la exploración científica del cerebro. Hemos tardado más de un siglo en investigar en los laboratorios la inseparable relación entre los sistemas del organismo, de los que cuerpo y cerebro son parte.

En el terreno de la Técnica Alexander, puedes consultar el estudio del British Medical Journal: Randomized controlled trial of Alexander technique lessons, exercise, and massage (ATEAM) for chronic and recurrent back pain (2008).

Conexión cuerpo-mente: De Alexander a la neurociencia moderna

Aún hoy figuran como pioneros trabajos como el de Nazareth Castellanos, quien en su libro Neurociencia del cuerpo (2021) reclama, ejemplifica y difunde el mismo principio fundamental que Alexander defendía hace más de un siglo: la conexión cuerpo-mente como una unidad inseparable.

¿Por qué la Técnica Alexander sigue siendo desconocida?

Quizá el carácter pionero de la Técnica Alexander explica por qué es difícil de encuadrar. Su aprendizaje, principalmente individual, directo y experiencial, requiere una actitud activa del alumno, lo que no encaja bien con la prisa y la agitación del 2024. Sin embargo, la calidad de su proceso de aprendizaje se ha preservado, lo que también puede explicar por qué no ha tenido un gran impulso en marketing, manteniéndose como una práctica minoritaria y poco conocida por el gran público.

Para comprender cómo funciona la Técnica Alexander, es fundamental centrarse en la integración entre el cuerpo y la mente. En acción, tu cuerpo responde a las señales de tu cerebro, mientras que este recibe retroalimentación constante de tu cuerpo. Se trata de un intercambio dinámico impulsado por:

• Procesos de arriba hacia abajo, donde la percepción, el movimiento y las funciones ejecutivas (atención, planificación e inhibición) de tu cerebro guían tus acciones.

• Procesos de abajo hacia arriba, donde tus sentidos, la propiocepción y la interocepción informan a tu sistema nervioso sobre tu estado interno y el entorno externo, modelando tus acciones en consecuencia.

El objetivo es armonizar esta interacción, mejorando tanto la “compostura”  (poise) como el rendimiento, mucho más allá de las correcciones de “postura” por la cual se la conoce.

Funcionamiento en Acción: Explorando la Complejidad de los Movimientos Cotidianos

¿Alguna vez has reflexionado sobre la complejidad detrás de acciones tan simples como levantar la mano para rascarte la nariz, escribir o dibujar, o incluso improvisar al hablar en público? A menudo damos por sentado estos procesos, pero cuando sufrimos una lesión o sentimos dolor, nos damos cuenta de la coordinación y el esfuerzo que requieren.

La Técnica Alexander se centra en mejorar estos procesos internos, permitiéndote abordar actividades cotidianas—ya sea manejar una herramienta, diseñar, liderar un equipo o facilitar experiencias con clientes—con mayor facilidad y precisión.

El proceso de experimentar, aplicar e interiorizar la Técnica Alexander no sigue un camino rígido o lineal, pero comprende varias etapas clave que se trabajan en conjunto para lograr un funcionamiento óptimo del cuerpo y la mente. Cada una de estas etapas contribuye a desarrollar un uso eficiente del organismo en movimiento y en reposo:

1. Agudizar la atención: Se trabaja para incrementar la capacidad de concentración, permitiendo una mayor percepción de lo que sucede dentro y fuera del cuerpo durante una actividad.

2. Agudizar la inhibición: Aquí se refiere a la capacidad de frenar respuestas automáticas o patrones habituales que interfieren con un buen uso del cuerpo. Es aprender a detenerse antes de reaccionar de manera automática.

3. Agudizar el pensamiento consciente para organizar el cuerpo: Esta etapa consiste en aprender a dar instrucciones conscientes al cuerpo, tanto antes como durante el movimiento, promoviendo así una acción más coordinada y precisa.

4. Mejorar la coordinación del eje cuello-cabeza-torso: Lo que Alexander llamaba "control primario". Esta coordinación es clave para el equilibrio general del cuerpo, lo que repercute en una mejor postura y compostura.

5. Mejorar la propriocepción y la interocepción: Se trabaja para calibrar la calidad de las lecturas sensoriales, mejorando la conciencia del cuerpo en el espacio (propiocepción) y el estado interno del cuerpo (interocepción).

6. Mapeo corporal: Esta etapa implica conocer mejor el cuerpo en acción y su interacción con el cerebro, facilitando un uso más consciente y eficiente del mismo.

7. Aprender a pensar: Cuando organizas el cuerpo, también organizas la mente. Este enfoque integrado permite que cuerpo y mente funcionen en sintonía.

Integrar el ritmo interno y el ritmo de la actividad externa: El objetivo final es armonizar el ritmo interno del cuerpo con el ritmo de la actividad que se está realizando, optimizando el flujo y la eficiencia en cualquier situación.

Los beneficios de la Técnica Alexander suelen describirse como mejor postura, mejor respiración, mejor equilibrio y mejor coordinación. Estos logros, aunque fundamentales, representan solo un nivel básico del potencial que la  técnica Alexander puede ofrecer.

Superando Bloqueos y Accediendo a Estados de Flujo

Para aquellos en campos altamente especializados—como músicos, chefs, cirujanos, arquitectos o  diseñadores—la Técnica Alexander puede transformar la forma en que abordan tu trabajo.

A veces, lo que percibimos como problemas "técnicos"—dificultades con la precisión, la velocidad o la coordinación—a menudo tienen su raíz en un mal uso del cuerpo. La Técnica Alexander ayuda a desbloquear estas limitaciones al abordar los patrones subyacentes, lo que permite movimientos más fluidos y naturales.

Además, puede guiarte hacia esos deseados estados de flujo—un aspecto crucial para trabajar en entornos de alta presión y dinámicos. Ya sea dirigiendo una orquesta, liderando un equipo o gestionando una instalación de gran escala, la capacidad de "pensar y actuar" simultáneamente es invaluable.

La Técnica Alexander ofrece una manera profunda de conectar lo que ya sabes con una conciencia más profunda de tu cuerpo en movimiento, permitiéndote transferir conocimientos entre disciplinas. Se trata de la maestría—no solo de tu oficio, sino de ti mismo.

Esta libertad de movimiento, combinada con claridad de pensamiento, es el objetivo final de la Técnica Alexander.

Entrenamiento para la Vida: Clases de Técnica Alexander Presenciales y en Línea

Puedes aprender Técnica Alexander a través de clases, ya sea de manera presencial o en línea. La enseñanza en grupo es increíblemente efectiva, pero las sesiones individuales permiten una exploración y refinamiento más profundos. En un entorno uno a uno, ayudo a agudizar tu percepción, aclarar tus movimientos y aplicar la técnica a actividades o desafíos específicos que enfrentas.

Si estás listo para llevar tu práctica al siguiente nivel y experimentar esa fluidez, contáctame. Agenda tu clase y descubre cómo la Técnica Alexander puede transformar tu enfoque y desempeño.

María de Marcos